Roberto y Ellen, el dinámico dúo detrás de Our Big Journey, siempre habían buscado escapadas emocionantes, y su última aventura en el Mount Rinjani en Lombok, Indonesia, no fue la excepción. Optaron por el trekking de 2D/1N al Segundo Pico de Rinjani, también conocido como Mount Sangkareang, y estaban listos para enfrentar sus desafíos, con la esperanza de obtener las impresionantes recompensas que les aguardaban.
Una Nueva Ruta y una Decisión Difícil
La pareja no era ajena al senderismo, pero sabía que las empinadas pendientes de Rinjani los llevarían al límite. Tras estudiar varias opciones, eligieron la ruta del Segundo Pico, que había abierto recientemente en 2022. A 3,126 metros, este trekking era más exigente que el Crater Rim Trek, pero menos agotador que la subida al pico principal. El atractivo de ser de los primeros aventureros en documentar esta nueva ruta hizo que la decisión fuera aún más tentadora. Acompañados por sus amigos Meg e Ian, partieron con gran ánimo, deseosos de enfrentar el viaje que les esperaba.
Día 1: El ascenso al borde del cráter
La mañana comenzó con un desayuno contundente en una encantadora villa en Senaru. Su guía, Awe, y un equipo de cuatro porteadores los recibieron en la entrada al Parque Nacional Rinjani, donde oficialmente comenzó el trekking. El primer tramo hasta la Posición 1 fue relativamente fácil, un sendero húmedo bordeado de selva que los introdujo suavemente en la caminata. Entre las Posiciones 2 y 3, el terreno se volvió más empinado y desafiante. Las piedras sueltas y las raíces enredadas pusieron a prueba su equilibrio, pero el grupo siguió adelante, motivado por la promesa de vistas espectaculares. Al mediodía, llegaron a un punto de descanso cerca de la Posición 3, donde los porteadores prepararon un almuerzo sorprendentemente gourmet. La escena era animada con monos juguetones corriendo entre los árboles, añadiendo un toque de diversión al breve respiro de los excursionistas. Mientras ascendían hacia el Crater Rim, el entorno cambió dramáticamente. La densa selva dio paso a una sabana abierta, donde el aire se volvía más delgado y fresco. El último tramo fue el más agotador. El sendero suelto y arenoso fue una prueba de resistencia, y cada paso requería un esfuerzo inmenso. Cuando finalmente llegaron al borde del cráter, el agotamiento estaba marcado en sus rostros, pero también el asombro.
Acampando por encima de las nubes
El Crater Rim reveló una vista como ninguna otra que habían visto antes. El extenso Lago Segara Anak reposaba dentro del volcán, su superficie brillante reflejando los picos circundantes. Más allá del cráter, el pico principal del Mount Rinjani se alzaba imponente, un recordatorio palpable de la magnitud de la montaña. Al ponerse el sol, el cielo estalló en tonos naranjas y rosados, lanzando un resplandor surrealista sobre el paisaje. El grupo fue agasajado con una comida caliente e incluso palomitas de maíz, cortesía de los porteadores, que habían instalado el campamento en un lugar privilegiado con vista al cráter. Envuelto en capas para combatir las temperaturas en descenso, Roberto y Ellen admiraron el cielo estrellado antes de retirarse a sus tiendas para un descanso temprano.
Día 2: La Caminata Nocturna al Mount Sangkareang
La alarma sonó a las 3:30 AM. El grupo salió adormilado de sus tiendas, alimentados por un pequeño refrigerio y la anticipación de alcanzar el Segundo Pico antes del amanecer. Armados con linternas frontales, comenzaron la empinada subida en total oscuridad. El sendero no estaba marcado, y su guía nunca lo había recorrido antes, lo que añadía una capa de incertidumbre al ya exigente trekking. A mitad de camino, ocurrió el desastre. Ellen pisó mal en un agujero oculto y se torció el tobillo. A pesar del dolor, inicialmente insistió en seguir adelante, pero pronto se dio cuenta de que la lesión era demasiado grave. Meg se ofreció para acompañarla de regreso al campamento, dejando a Roberto e Ian para continuar con Awe.
Llegando al Segundo Pico
El camino hacia Mount Sangkareang fue implacable. La pendiente se empinó aún más y las piedras sueltas amenazaban con hacerlos resbalar hacia atrás. Pero a medida que se acercaban a la cumbre, el horizonte comenzó a brillar. Los primeros rayos de sol iluminaron el paisaje, revelando las siluetas de picos distantes y el vasto océano más allá. Finalmente, llegaron a la cima. A 3,126 metros, Roberto e Ian fueron recibidos por un marcador de madera y un amanecer que parecía incendiar el mundo. Desde este punto de vista, pudieron ver el pico principal del Rinjani y las vastas vistas de Lombok y más allá. El momento fue un triunfo, una recompensa por su perseverancia y determinación.
Descendiendo de la Cima
El descenso fue tanto un alivio como un desafío. Con la luz del día iluminando el sendero, el grupo avanzó con más confianza pero con cautela, conscientes de las piedras sueltas y las caídas pronunciadas. Cuando Roberto e Ian regresaron al campamento, Ellen y Meg los esperaban con sonrisas, su ánimo elevado a pesar de la lesión de Ellen. El último tramo de regreso a Senaru fue largo y arduo. La selva ofreció sombra del sol del mediodía, pero la fatiga pesaba sobre sus piernas. Cuando finalmente llegaron al inicio del sendero, comenzó a llover, empapándolos en los últimos momentos de su aventura. A pesar del agotamiento, compartieron un sentido de logro que perduraría mucho después de dejar Lombok.
Reflexiones sobre una Aventura Épica
Para Roberto y Ellen, el trekking al Segundo Pico de Rinjani fue un viaje de descubrimiento, resiliencia y asombro. Los paisajes siempre cambiantes, desde la densa selva hasta la sabana y los picos rocosos, hicieron que cada paso valiera la pena. La experiencia profundizó su aprecio por los porteadores y guías que hicieron posible el trekking y destacó la importancia de la preparación y el trabajo en equipo. “Este trekking nos puso a prueba de formas que no esperábamos”, reflexionó Roberto. “Pero las vistas, la camaradería y el sentido de logro fueron incomparables. Es un recuerdo que llevaremos con nosotros para siempre”. Su aventura al Segundo Pico del Mount Rinjani es un testimonio de las recompensas de salir de la zona de confort. Para aquellos que buscan un desafío y la belleza del pico más icónico de Lombok, este trekking ofrece una experiencia como ninguna otra.