Para Joe y Alicia, viajeros experimentados y el dúo detrás de Miles Less Traveled, la idea de escalar una montaña era intimidante. Sin embargo, cuando su viaje los llevó a Lombok, Indonesia, no pudieron resistir la llamada del Monte Rinjani. El imponente volcán representaba tanto un desafío como una promesa de vistas impresionantes, y su decisión de embarcarse en un trekking de 2 días/1 noche al Cráter del Monte Rinjani resultó ser una de sus aventuras más gratificantes.
La Decisión de Enfrentar al Monte Rinjani
Joe y Alicia no eran extraños a la actividad física; se estaban preparando para un medio maratón, pero escalar el Monte Rinjani era algo completamente diferente. Después de una investigación exhaustiva, decidieron no hacer el trekking al cumbre y, en su lugar, optar por el cráter a 2,641 metros. El viaje de dos días parecía el punto intermedio perfecto, ofreciendo tanto el desafío físico como las impresionantes vistas que deseaban. Para hacer su experiencia lo más fluida posible, buscaron una empresa de trekking que coincidiera con sus valores. Después de revisar reseñas y priorizar la responsabilidad ambiental, encontraron un grupo que prometía no dejar residuos y también ofrecía un guía privado y porteadores para cargar los suministros. Sintiendo que estaban preparados y algo nerviosos, pusieron su mirada en el cráter.
Día 1: El ascenso al borde del cráter
El trekking comenzó temprano en el pueblo de Senaru, donde Joe y Alicia se encontraron con su guía y porteadores. El grupo partió a través de la jungla densa, y el primer tramo—marcado por suaves inclinaciones y caminos sombreados—les ofreció un calentamiento para el desafío que les esperaba. La pareja se maravilló con los alrededores húmedos y exuberantes, pero cuando llegaron al primer punto de control, la pendiente de la subida empezó a sentirse. Cada sección del sendero traía nuevos obstáculos. Entre la Posición 2 y la Posición 3, la humedad se volvió opresiva y la inclinación exigió un esfuerzo cada vez mayor. Cuando llegaron a la Posición 3B, la jungla dio paso a un terreno rocoso y arenoso. El sol ahora era implacable, y el aire se volvió más fresco a medida que la altitud aumentaba. Joe y Alicia pausaban con frecuencia para reaplicar protector solar y recuperar el aliento. El tramo final hasta el cráter fue el más agotador. El sendero se convirtió en una empinada pendiente resbaladiza de rocas sueltas. Joe se deslizó más de una vez, mientras que Alicia se apoyaba fuertemente en sus bastones de trekking para mantener el equilibrio. El constante aliento de ánimo de su guía los mantuvo en movimiento, y después de casi siete horas, llegaron al cráter.
Una Noche por Encima de las Nubes
La vista desde el cráter dejó sin aliento a Joe y Alicia. La vasta extensión turquesa del Lago Segara Anak reposaba en la caldera, rodeada por empinadas paredes volcánicas y coronada por el pequeño volcán que surgía de sus profundidades. Cuando el sol se dirigía hacia el horizonte, la pareja fue testigo de una escena inolvidable: el resplandor dorado del atardecer iluminando Bali y las Islas Gili a lo lejos. Su campamento estaba ubicado en el borde del cráter, ofreciendo vistas panorámicas del paisaje circundante. A pesar de su agotamiento, Joe y Alicia no pudieron resistirse a tomar fotos y maravillarse con su logro. Los porteadores prepararon una comida sustanciosa, incluyendo palomitas de maíz para picar mientras disfrutaban del paisaje. Cuando la temperatura bajó, la pareja se puso todas las capas de ropa que tenían y se acomodaron en su tienda para pasar una noche fría bajo las estrellas.
Día 2: El Descenso
A la mañana siguiente, Joe y Alicia se despertaron con músculos adoloridos y la satisfacción de saber que lo más difícil ya había quedado atrás. El descenso comenzó al amanecer, con la pareja retrocediendo por el terreno rocoso. Aunque el trekking cuesta abajo no era tan exigente para sus pulmones, sí lo era para sus rodillas. Alicia se apoyaba en sus bastones de trekking para estabilizarse en las secciones resbaladizas, mientras que Joe encontraba las rocas sueltas un desafío constante. A medida que descendían hacia la jungla, la temperatura aumentaba y la humedad familiar los envolvía. Hicieron pausas en cada punto de control para hidratarse y descansar, agradecidos por los bocadillos que les proporcionaron los porteadores. Cuando llegaron al inicio del sendero, sus piernas temblaban, pero sus espíritus estaban elevados.
Reflexiones sobre el Trekking
Mirando atrás, Joe y Alicia describieron el trekking como físicamente exigente y emocionalmente gratificante. El trekking al Cráter del Monte Rinjani les ofreció la oportunidad de superar sus límites y experimentar uno de los paisajes más impresionantes que jamás hayan visto. El momento en que estuvieron en el cráter, mirando el Lago Segara Anak y las islas distantes, hizo que cada paso valiera la pena. La pareja también adquirió un mayor aprecio por los porteadores y guías que hicieron posible el trekking. Llevando cargas pesadas y preparando comidas frescas con facilidad, la dedicación de su equipo fue inspiradora. Joe y Alicia se aseguraron de dar una generosa propina, reconociendo el inmenso esfuerzo que se invirtió en apoyar su viaje. Para aquellos que consideren realizar el trekking, el dúo ofreció algunos consejos: investigar a fondo las empresas de trekking, empacar ropa abrigadora para las frías noches en el cráter y llevar bastones de trekking para navegar por los empinados y rocosos caminos. Sobre todo, animaron a otros viajeros a abrazar el desafío. Como dijo Joe: “El trekking nos aterraba, pero estar en el cráter, valió todo.” El trekking al cráter del Monte Rinjani se convirtió en un momento definitorio en los viajes de Joe y Alicia, recordándoles las recompensas que vienen con salir de su zona de confort. Para esta pareja aventurera, el volcán dejó una impresión duradera—y una historia que contarán durante años.