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Para Tanya y Adam, dos vloggers de viajes conocidos por su espíritu aventurero y su narración sincera, escalar el Mt. Rinjani fue una prueba tanto de resistencia como de autodescubrimiento. Al embarcarse en lo que describieron como el trekking más difícil de sus vidas, su viaje reveló la belleza cruda de la montaña y los profundos desafíos que conlleva recorrer uno de los picos más formidables de Indonesia.
Un reto más allá de las expectativas
Desde el principio, Tanya y Adam sabían que el Mt. Rinjani los sacaría de sus zonas de confort. Con 3.726 metros de altura, el imponente volcán alberga un cráter masivo, un volcán activo y un lago de más de 200 metros de profundidad. Su belleza solo es igualada por su dificultad, un hecho que comenzarían a apreciar con cada paso.
Su viaje comenzó temprano, rodeados por la jungla exuberante y las colinas ondulantes de Lombok. Después de un desayuno rápido, conocieron a su guía, Lim, y a dos porteadores, Agus y G, cuya tarea hercúlea consistía en cargar 30 kilogramos de equipo y comida para el trekking. El equipo luego condujo hasta Sembalun, el punto de partida de la caminata, donde se realizaron pruebas médicas, una pista sobria de los desafíos que les aguardaban.
Día 1: Un comienzo lento que se vuelve intenso
El trekking comenzó con una pendiente engañosamente suave a través de las llanuras abiertas. Las vistas eran serenas, pero el verdadero desafío estaba por venir. Al llegar a su primera parada de descanso, Tanya y Adam se sintieron energizados, incluso se encontraron con un amigo de buceo de sus aventuras en las Islas Gili, un recordatorio alegre de lo pequeño que es el mundo de los viajes.
Sin embargo, después del almuerzo, el sendero se volvió más empinado y exigente. El sol de la tarde golpeaba con fuerza, y el terreno se tornó accidentado, haciendo que cada paso fuera una lucha. Cuando llegaron a su primer campamento, ocho horas después de iniciar la caminata, la fatiga ya se había instalado.
El campamento, ubicado en el borde del cráter, ofrecía impresionantes vistas del lago y la cima, un telón de fondo perfecto para la puesta de sol. Al caer la noche, la pareja se maravilló ante la vista de la Vía Láctea, una recompensa deslumbrante por su esfuerzo. A pesar de la comodidad de su acogedora tienda, la anticipación de un ascenso a la cima a las 2 a.m. estaba presente.
Día 2: El Empuje hacia la Cumbre
En plena oscuridad, la pareja se despertó con temperaturas bajo cero y agotamiento. Con apenas cuatro horas de sueño, tomaron café para recargar energías y comenzaron el ascenso en la oscuridad, con las linternas frontales iluminando el estrecho sendero. El ascenso fue agotador, con escombros volcánicos sueltos que les hacían deslizarse con casi cada paso hacia adelante.
Tanya se encontró luchando tanto contra el agotamiento físico como mental. Sus piernas dolían por la caminata del día anterior, y el terreno empinado y resbaladizo ponía a prueba su determinación. Pero cuando el sol comenzó a salir, pintando el cielo con tonos de rojo y naranja, la pareja sintió un renovado sentido de determinación.
Llegar a la cima fue un momento profundo para ambos. Tanya reflexionó sobre la sensación de logro y fortaleza que sentía, dándose cuenta de que era capaz de mucho más de lo que había creído. Adam compartió su sentimiento, describiendo la cima como un desafío físico y emocionalmente gratificante.nding and emotionally rewarding.
El descenso: Una prueba de paciencia
Tan desafiante como fue el ascenso, el descenso trajo consigo sus propias dificultades. Tanya, propensa a la torpeza, tuvo que navegar por el terreno resbaladizo con extrema cautela. Usando los bastones de trekking por primera vez, los encontró indispensables para mantener el equilibrio. El guía de la pareja, Lim, permaneció cerca, ofreciendo apoyo y asegurándose de su seguridad.
El descenso al cráter reveló otro aspecto impresionante del paisaje del Mt. Rinjani. El lago dentro del cráter, con sus aguas serenas y el fondo volcánico, parecía un mundo oculto. En el camino, se encontraron con un mono embarazada, a quien su guía llamó Ratu, añadiendo un toque de ligereza a la ardua caminata.
Día 3: Superando hasta el final
El último día fue una verdadera prueba de resistencia. Tanya y Adam comenzaron su descenso de regreso a Sembalun, atravesando terrenos accidentados y junglas densas. El enorme costo físico del trekking era evidente, pero la pareja siguió adelante, impulsada por el aliento de su guía y la idea de completar este monumental viaje.
Cuando cayó la oscuridad, se pusieron nuevamente las linternas frontales, navegando por el sendero bajo el dosel de la jungla. Fue una experiencia humillante, pero también una que destacó su resistencia.
Reflexiones sobre el Trekking
Para Tanya, el trekking fue tanto un desafío mental como físico. Más tarde admitió que no había sido completamente honesta en ese momento sobre lo difícil que le resultó, pero mirando atrás, se sintió orgullosa de su perseverancia. La experiencia le enseñó el valor de superar la incomodidad y abrazar los desafíos, dejándola con un renovado sentido de confianza y determinación.
Adam compartió sus sentimientos, maravillándose de la belleza cruda de la montaña y la camaradería que compartieron con su equipo. La pareja también destacó la importancia de elegir una empresa de trekking responsable, agradeciendo a un equipo que no solo cuidó de sus necesidades, sino que también priorizó la limpieza del sendero.
Un viaje para recordar
El trekking de Tanya y Adam en el Mt. Rinjani fue más que una caminata; fue un viaje transformador. A través del dolor físico y los obstáculos mentales, descubrieron una apreciación más profunda por la naturaleza, sus propias capacidades y el poder de la perseverancia.
Su historia es un testimonio del atractivo del Mt. Rinjani, un lugar donde la belleza se encuentra con el desafío, y donde cada paso, por difícil que sea, conduce a un mayor sentido de logro.
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