El Inolvidable Viaje de Martina: Subiendo al Mont Rinjani en un Trek de 3D/2N

El trek de Martina en el Mont Rinjani fue un viaje de tenacidad y asombro. Desde la desafiante subida al summit hasta las impresionantes vistas del cráter, conquistó el volcán y celebró su resiliencia.

Ready to Go?

Martina, una experimentada aventurera y entrenadora de fitness, emprendió un viaje para conquistar uno de los picos más icónicos de Indonesia, el Mont Rinjani. Conocido por sus vistas impresionantes y sus exigentes senderos, el volcán de 3,726 metros en Lombok prometía una aventura única. Durante tres días y dos noches, Martina llevó sus límites físicos y mentales al máximo, capturando la belleza cruda de la montaña y creando recuerdos que durarían toda la vida.

Día 1: Comienza la Ascensión

El trek de Martina comenzó temprano en la mañana en el sereno pueblo de Senaru. Después de conocer a su guía y al grupo de otros excursionistas, fueron transportados en la parte trasera de un camión hasta Sembalun, el inicio del sendero. El aire fresco de la mañana vibraba de emoción mientras todos llenaban los formularios de registro y se preparaban para el desafío que les esperaba. El día comenzó de manera engañosamente suave. El sendero serpenteaba a través de praderas abiertas, con inclinaciones graduales que permitían al grupo disfrutar de los hermosos alrededores. Martina describió esta parte como casi relajante, con las colinas verdes y vibrantes extendiéndose bajo la cálida luz del sol. Sin embargo, esa falsa sensación de facilidad no duró mucho. Al mediodía, después de un breve almuerzo de arroz y verduras preparado por los porteadores, comenzó el verdadero desafío. El sendero se empinó significativamente, convirtiéndose en una subida implacable. El terreno pasó a ser tierra suelta y rocas, lo que convertía cada paso en un esfuerzo. La admiración de Martina por los porteadores creció con cada hora que pasaba. Llevando hasta 60 kilogramos de suministros en palos de bambú, muchos de ellos descalzos, los porteadores se movían con una determinación que inspiraba a los excursionistas a seguir adelante. A medida que el grupo se acercaba al borde del cráter, la fatiga comenzó a hacer efecto. La superficie arenosa y resbaladiza obligó a los excursionistas a concentrarse en cada paso. “Se sintió como una prueba de fuerza de voluntad”, comentó Martina más tarde. A pesar del agotamiento, le sorprendió la camaradería entre los excursionistas. Los ánimos fluían libremente, e incluso los porteadores encontraban tiempo para sonreír y animar a todos. Justo antes del atardecer, Martina alcanzó el borde del cráter. La vista ante ella borró la fatiga del día. El lago Segara Anak, con sus aguas esmeralda acunadas en el vasto cráter volcánico, brillaba con la luz dorada. Más allá, el pico del Mont Rinjani se alzaba imponente, y el lejano Mont Agung en Bali era visible en el horizonte. Martina describió el momento como “un instante de pura magia”. A medida que la temperatura descendió bruscamente, se abrigó, disfrutó de una comida caliente y se metió en su tienda para un merecido descanso.

Día 2: Alcanzando la Cima

El segundo día comenzó en la oscuridad, con una llamada de despertar a las 2 a.m. Martina tomó un rápido tentempié de galletas y café antes de comenzar la subida al summit. Esta fue la sección más desafiante del trek. El sendero era empinado, estrecho y cubierto de cenizas volcánicas, lo que dificultaba mantener el equilibrio. Por cada paso hacia adelante, Martina sentía que retrocedía, el deslizamiento de la grava suelta agotaba su energía. El frío era mordaz, y el viento implacable. Martina se abrigó con todas las capas de ropa que llevaba, pero el frío aún se filtraba. Describió la subida como “una batalla entre la mente y el cuerpo”. En algunos momentos, quería detenerse, pero el aliento de su guía y la idea de llegar a la cima la mantenían en movimiento. Después de tres horas de avance lento pero constante, Martina finalmente llegó a la cima. La vista valió cada gota de esfuerzo. El amanecer pintó el cielo de tonos naranjas y rosados, proyectando un resplandor cálido sobre la isla de abajo. Martina pudo ver las Islas Gili, el vasto océano y las escarpadas cumbres del cráter de Rinjani. Abrazada por la emoción, describió el momento como “un triunfo sobre lo imposible”. El descenso de regreso al borde del cráter fue más rápido, pero aún desafiante. Deslizarse por la grava suelta, Martina llegó al campamento justo a tiempo para el desayuno. Después de un breve descanso, el grupo comenzó el descenso hacia el Lago Segara Anak. El descenso fue empinado y rocoso, lo que requirió una navegación cuidadosa, pero la vista del lago mantenía a Martina motivada.

Un Refrescante Baño y Aguas Termales

En el lago, Martina se sorprendió por la belleza sobrenatural del volcán activo, el Monte Barujari, que surgía desde el centro del cráter. El grupo tomó un desvío hacia las fuentes termales cercanas, donde Martina y sus compañeros excursionistas sumergieron sus cansados músculos en el agua cálida y rica en minerales. El fuerte olor a azufre era penetrante, pero el alivio que proporcionaba era innegable. Martina consideró este momento de relajación como uno de los puntos culminantes del trek. “Fue un lujo raro en medio de un viaje tan exigente”, dijo. Sintiendo una renovada energía, el grupo comenzó la subida de regreso al borde opuesto del cráter, una ascensión agotadora que nuevamente puso a prueba su resistencia. Cuando llegaron a su campamento, Martina estaba completamente exhausta pero llena de un profundo sentido de logro.

El Último Día


El último día fue todo cuesta abajo, pero Martina pronto se dio cuenta de que no sería menos exigente. El sendero era arenoso y estaba lleno de rocas sueltas, lo que hacía que el footing fuera precario. Martina y una nueva amiga convirtieron esto en una competencia divertida, contando quién se caía más. “Perdí la cuenta después de un rato”, se rió, describiendo el descenso como tanto agotador como cómico. El denso bosque ofrecía sombra, un alivio bienvenido del sol, pero el trek seguía siendo físicamente exigente. Cuando Martina llegó al final del sendero, sus piernas temblaban, sus rodillas le dolían, pero su corazón estaba lleno. Cruzar la meta fue un momento de pura alegría, compartido con sus compañeros de trekking que se habían convertido en amigos durante los tres días.

Después del Trek: Reflexión y Recuperación

Martina pasó los días siguientes recuperándose del trek, con los músculos adoloridos como un recordatorio constante de la increíble travesía que acababa de completar. Mirando atrás, describió el Trek de 3D/2N hacia el Summit y el Lago como una de las experiencias más gratificantes de su vida. “No se trataba solo de alcanzar la cima”, dijo. “Se trataba de cada paso, cada desafío y cada vista a lo largo del camino”. Para aquellos que consideran realizar el trekking en el Mont Rinjani, Martina ofrece un simple consejo: prepárate, mantén una actitud positiva y abraza el desafío. El trek es difícil, pero los recuerdos que crea valen cada esfuerzo.

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