https://www.youtube.com/watch?v=5Wgzgw5l7Aw
Para los aventureros Rishy y su compañero, el viaje hacia la cumbre del Mt. Rinjani fue una prueba de resistencia, fuerza de voluntad y fortaleza mental. Su caminata de dos noches y tres días hacia el segundo volcán más alto de Indonesia les dejó recuerdos inolvidables, y sin falta de desafíos. Esta es su cruda y honesta narración de lo que se necesita para conquistar el Trekking a la Cima del Mt. Rinjani.
El Comienzo del Viaje: Una Introducción Abrumadora
l viaje comenzó con un chequeo médico, una formalidad para asegurar que los excursionistas estuvieran lo suficientemente en forma para la agotadora subida que les esperaba. A pesar de la breve prueba, Rishy y su grupo de trece se sintieron preparados al comenzar la aventura. Cargados con mochilas pesadas, pronto aprendieron que el Mt. Rinjani requería más que fuerza física. La imponente presencia del volcán se alzaba sobre ellos mientras subían de una posición a otra, con cada paso aumentando la anticipación, y la dificultad.
Comenzando desde la base, su caminata destacó rápidamente la inmensidad del desafío. Desde llevar tres días de ropa, bocadillos y equipo, hasta navegar por caminos irregulares, los excursionistas pronto se dieron cuenta del verdadero peso de su empresa. Las primeras dos posiciones presentaban pendientes relativamente manejables, pero más allá de la segunda posición, el sendero comenzó su ascenso implacable.
El Ascenso Implacable: La Tercera Posición y Más Allá
A medida que se acercaban a la tercera posición, el terreno cambió drásticamente. Las rocas volcánicas sueltas y los caminos empinados ralentizaron su progreso, y el desgaste físico de la caminata se volvió innegable. Con cada paso hacia adelante, la grava suelta los empujaba un paso atrás, creando una tarea sísifiana que ponía a prueba tanto el cuerpo como el espíritu. Los porteadores del grupo, muchos de ellos caminando en sandalias y llevando tiendas, equipo de cocina y comida, inspiraron asombro mientras se movían con gracia montaña arriba.
La caminata hacia el borde del cráter obligó al grupo a confrontar sus límites. Rishy admitió abiertamente sus luchas, cuestionando por qué había emprendido una subida tan ardua. Ella y su compañero comenzaron a sentir el peso emocional y físico del viaje, llamando a la experiencia un “desgaste moral”. Sin embargo, las impresionantes vistas y la camaradería con otros excursionistas los empujaron a seguir adelante.
Campo Base: Un Momento de Respiro
Al llegar al borde del cráter, finalmente llegaron al campo base, su hogar por la noche. Ubicado en medio de un paisaje volcánico dramático, el campamento ofreció un breve respiro. A pesar de su agotamiento, los excursionistas fueron obsequiados con un atardecer impresionante, una vibrante muestra de colores que parecía casi irreal. Para Rishy, este momento fue el punto culminante del día, un marcado contraste con la dura caminata que lo precedió.
Al caer la noche, el viento comenzó a soplar, sacudiendo su tienda mientras se preparaban para unas pocas horas sin sueño antes del último ascenso. La realidad del trekking hacia la cumbre, comenzando a las 2 a.m., se cernía sobre ellos, llenando a los excursionistas con una mezcla de temor y determinación.
El Empuje hacia la Cumbre: Dos Pasos Adelante, Un Paso Atrás
El ascenso a la cumbre comenzó en la oscuridad, iluminado solo por el tenue resplandor de las linternas frontales y el constante movimiento de los excursionistas adelante. El sendero era empinado y cubierto de piedras sueltas, lo que hacía que cada paso fuera un esfuerzo. Por cada dos pasos adelante, resbalaban un paso atrás, el terreno implacable agotando su fuerza. A lo largo del camino, pasaron junto a un excursionista que se había colapsado, un recordatorio sobrio de la dificultad del trekking.
A medida que amanecía, los primeros rayos de sol revelaron el dramático paisaje que habían estado atravesando. La cumbre se alzaba ante ellos, su altura imponente tanto intimidante como excitante. Después de horas de lucha, Rishy y su compañero finalmente llegaron a la cima, a 3,726 metros sobre el nivel del mar. Celebraron con Oreos, saboreando el triunfo de estar en la cima del Mt. Rinjani.
La cumbre ofreció vistas incomparables del Lago Segara Anak y el cono volcánico en su interior. Para Rishy, el panorama impresionante fue una recompensa adecuada por el arduo viaje. Sin embargo, admitió que la caminata fue la más difícil que había realizado, un sentimiento compartido por muchos que intentan el Trekking a la Cima del Mt. Rinjani.
La Decisión de Descender
Después de conquistar la cima, el grupo enfrentó otra decisión: continuar hacia el siguiente campamento o comenzar su descenso. Físicamente y emocionalmente agotados, Rishy y su compañero decidieron descender. Aunque el viaje de bajada carecía de la adrenalina del ascenso, presentó sus propios desafíos. El terreno empinado y resbaladizo requería una concentración constante, y el descenso resultó casi tan agotador como la subida.
Reflexiones sobre el Viaje
El relato de Rishy es una visión sin filtros de la realidad de caminar por el Mt. Rinjani. Desde los impresionantes atardeceres hasta el desgaste físico y emocional del trekking, ella y su compañero experimentaron todo el espectro de altibajos. Emergieron de la aventura con un respeto renovado por la montaña y por la resistencia que exige.
Aunque su viaje estuvo lejos de ser fácil, fue inolvidable. Su historia es un testimonio del espíritu de aventura, la fuerza de voluntad y la belleza de los paisajes implacables del Mt. Rinjani. Para aquellos que estén considerando el trekking, el consejo de Rishy es claro: prepárate para el desafío, abraza la lucha y disfruta de los momentos de asombro que hacen que todo valga la pena.
Enlaces