Cuando Benoit, un desarrollador web autodidacta y apasionado fotógrafo, puso su mirada en el Monte Rinjani, no solo estaba persiguiendo la emoción de la aventura. Como alguien que prospera con los nuevos desafíos y la libertad del aire libre, hacer el trekking al Monte Rinjani se convirtió en un viaje profundamente personal: una prueba de resistencia, una celebración de la naturaleza y una experiencia inolvidable en el segundo volcán más alto de Indonesia.
Después de una semana de descanso en las playas del sur de Lombok, Benoit sintió el impulso de cambiar el suave ritmo de las olas por el terreno accidentado del Monte Rinjani. Con su majestuosa cumbre a 3,726 metros y las impresionantes vistas del Lago Segara Anak enclavado en su cráter, el volcán ofrecía todo lo que un excursionista en busca de emociones podría soñar. Optó por el Trekking de Cumbre y Lago de 3D/2N, una ruta exigente que comienza en Senaru, sube hasta el borde del cráter, desciende a la caldera y, finalmente, alcanza la cumbre antes de descender a Sembalun.
Un Comienzo Caótico
El trekking de Benoit comenzó con una serie de desaciertos. Salió temprano desde Gili Air y se encontró atrapado en un torbellino de malentendidos, retrasos y una llegada tardía e imprevista a Senaru. Cuando llegó al punto de partida a las 11 a.m., su grupo ya había partido horas antes. Después de una rápida sopa de fideos, se emparejó con un guía y se le encargó ponerse al día, a un ritmo casi corriendo.
El desafío escaló rápidamente a medida que Benoit se esforzaba por mantener el ritmo con su guía, quien, a pesar de llevar solo sandalias, mantenía un ritmo vertiginoso. El trekking, ya de por sí exigente en circunstancias normales, se convirtió en una carrera contra el tiempo. Dos horas después, finalmente vio a uno de los porteadores de su grupo a lo lejos.
La Increíble Fuerza de los Porteadores
Encontrarse con el porteador fue una experiencia humillante. Benoit se maravilló del hombre, quien, a pesar de su pequeña estatura y una cojera notable, cargaba una carga que superaba los 30 kilogramos. Curioso y ansioso por compartir la carga, Benoit ofreció cargar el peso del porteador, un error que rápidamente lamentó. Equilibrar el peso resultó ser casi imposible, y Benoit adquirió un nuevo respeto por la increíble fuerza y resistencia de los porteadores que hacen posibles estos trekking.
Alcanzando el Borde de Senaru
A última hora de la tarde, Benoit se reunía con su grupo, un animado contingente de amigos españoles radicados en Yakarta, y continuaba hacia el borde del cráter. La recompensa por su arduo esfuerzo fue una vista panorámica del Lago Segara Anak y la imponente cumbre del Monte Rinjani, iluminada por los tonos dorados del sol poniente. Esa noche, bajo un cielo salpicado de estrellas, el equipo compartió una abundante comida de nasi goreng preparada por su guía y los porteadores. Exhausto, Benoit se quedó dormido temprano, preparándose para el descenso del día siguiente hacia el cráter.
Descendiendo al Lago
El segundo día comenzó con una impresionante salida del sol que pintó el cráter con una luz cálida y suave. Después de un desayuno de plátanos fritos y tostadas, el grupo emprendió un empinado y resbaladizo descenso hacia el Lago Segara Anak. El sendero, aunque traicionero, los recompensó con vistas sobrecogedoras. En el lago, los excursionistas descansaron, algunos disfrutando de los manantiales termales mientras otros se atrevían a bañarse en las frías aguas del cráter.
El ascenso fuera del cráter resultó igualmente desafiante. Benoit se asoció con el porteador herido, alternando la carga entre ambos para aliviar la carga del hombre. La empinada ascensión requirió descansos frecuentes, y cuando llegaron al borde de Sembalun, el agotamiento se reflejaba en cada rostro. Pero cuando el grupo se instaló en el campamento, fueron recibidos con una puesta de sol espectacular, un momento tranquilo antes del empuje hacia la cumbre que se avecinaba.
El Empuje Final hacia la Cima
A las 2 a.m. del último día, Benoit despertó con café, galletas y temperaturas bajo cero. Abrigado con todas las capas que tenía, se unió a su grupo para el ascenso a la cumbre. Guiados por el tenue resplandor de las lámparas frontales, caminaron en fila india por el gravillo volcánico. El sendero empinado y resbaladizo puso a prueba cada gramo de su determinación, pero la recompensa valió la pena.
Al amanecer, Benoit se encontraba en la cumbre del Monte Rinjani, rodeado de vistas que abarcaban Bali, Flores y Sumbawa. El lago del cráter brillaba muy abajo, y el amanecer proyectaba un resplandor ardiente sobre el paisaje. El viento cortante y las frías temperaturas no pudieron apagar el sentimiento de logro que lo invadió.
El Largo Descenso
El descenso de la cumbre fue una mezcla de excitación y cautela. Deslizarse por el gravillo suelto se sintió más como esquiar que hacer senderismo, y los bastones de trekking de Benoit demostraron ser invaluables. Al regresar al campamento, fue recibido con un panqueque de plátano, una recompensa modesta pero profundamente satisfactoria después del arduo trekking.
El último tramo del viaje, un descenso de cinco horas hasta Sembalun, puso a prueba la resistencia de todos. Las piernas cansadas y los músculos adoloridos hicieron que cada paso se sintiera más pesado. A pesar de la fatiga, Benoit sintió una abrumadora sensación de gratitud: por la camaradería de sus compañeros de trekking, por la dedicación inquebrantable de los porteadores y por la impresionante belleza del Monte Rinjani.
Reflexiones sobre una Aventura Inolvidable
Cuando Benoit abordó un ferry para reunirse con su pareja Fabienne en las Islas Gili, no pudo evitar reflexionar sobre la naturaleza transformadora de su trekking. El Trekking de Cumbre y Lago de 3D/2N lo había llevado hasta sus límites físicos y mentales, recompensándolo con experiencias y vistas que quedarán grabadas para siempre en su memoria. Para Benoit, hacer trekking en el Monte Rinjani no fue solo una caminata, sino un testimonio de la resiliencia del espíritu humano y de la profunda belleza del mundo natural.
¿Recomendaría el trekking? Absolutamente. Pero con una advertencia: vengan preparados, respeten a los porteadores y estén listos para enfrentar sus propios límites.