Una Viaje Intenso: Conquistando el Mt. Rinjani en un Trekking de 3D/2N

Ready to Go?

Catherine, una ávida entusiasta de los viajes y senderista, siempre había sentido una atracción por el Mt. Rinjani, uno de los hitos naturales más formidables de Indonesia. Con una altitud de 3.726 metros, este volcán activo en la isla de Lombok no solo es una prueba de resistencia física, sino también un viaje hacia una naturaleza impresionante. Su aventura, narrada con gran detalle, muestra tanto las duras realidades como la belleza sobrecogedora del Trekking al Cráter y Lago en 3D/2N.

Día 0: El Preludio

El viaje comenzó con Catherine y sus compañeros llegando tarde al Aeropuerto Internacional de Lombok. A pesar de la hora tardía, la emoción por lo que les esperaba mantenía a raya el cansancio. Tras un sinuoso viaje de dos horas hasta el pueblo de Senaru, su grupo se acomodó en una acogedora posada para pasar la noche. Tony, su conductor, se aseguró de que estuvieran cómodos, y Catherine disfrutó de los tranquilos alrededores del pueblo, un marcado contraste con los bulliciosos paisajes urbanos que había dejado atrás.

El grupo logró realizar una excursión rápida a la Cascada Tiu Kelep antes de que terminara el día. Cruzar ríos en chanclas resultó ser una prueba de equilibrio, pero valió la pena por la belleza tranquila de las aguas en cascada. Cuando cayó la noche, el grupo disfrutó de una cálida comida de pollo frito, omelets y sopa de verduras antes de retirarse a la cama con una mezcla de emoción y aprehensión por el desafío que les esperaba.

Día 1: El Ascenso al Cráter de Sembalun

A la mañana siguiente, comenzaron temprano con un sencillo desayuno de arroz frito. A las 7:30 a.m., Catherine y su equipo estaban en camino hacia el pueblo de Sembalun, donde oficialmente comenzaría su caminata. Desde el punto de partida, entraron en vastos campos abiertos rodeados por impresionantes vistas del Mt. Rinjani, cuyo pico estaba oculto por un velo de nubes.

Las primeras horas del trekking fueron relativamente fáciles, con suaves pendientes y senderos sombreados. Al acercarse al Pos 2, los porteadores prepararon un delicioso almuerzo estilo picnic, con sillas, ensalada fresca e incluso latas de refresco, un lujo que Catherine no esperaba en una aventura tan agreste. La hospitalidad de los porteadores y su guía, Hajar, era incomparable, haciendo que el grupo se sintiera tanto apoyado como mimado.

Sin embargo, el clima dio un giro cuando comenzó a llover. Equipados con impermeables, el grupo continuó a través de la llovizna, navegando por los senderos cada vez más embarrados y resbaladizos. Cuando llegaron al Cráter de Sembalun, la lluvia había humedecido el suelo volcánico, facilitando el ascenso. Llegaron antes de lo esperado, para su sorpresa, y fueron recibidos por una apertura de nubes que reveló el majestuoso pico del Mt. Rinjani.

Acampando en el Cráter

En el borde del cráter, los porteadores rápidamente montaron el campamento, incluido un inodoro portátil que divirtió al grupo por su diseño peculiar. Cuando el sol se hundió por debajo del horizonte, el grupo disfrutó de una cena abundante de buñuelos de plátano con queso rallado y un rico curry que calentó sus espíritus contra el frío que se acercaba.

Esa noche, Catherine tuvo dificultades para dormir, su mente llena de anticipación y un toque de ansiedad por el ascenso al pico. El sonido del viento y el susurro de las tiendas solo añadían a la atmósfera inquietante. Cuando su despertador sonó a la 1 a.m., supo que era hora de enfrentar la montaña.

Día 2: El Empuje hacia la Cumbre

El ascenso al pico comenzó en plena oscuridad, el sendero iluminado solo por linternas frontales. La primera etapa fue extenuante, con ceniza volcánica suelta que hacía que cada paso fuera una lucha. Catherine se encontraba deslizándose hacia atrás con cada paso hacia adelante, el esfuerzo agotándola física y mentalmente. A pesar del frío que mordía su rostro y manos, continuó, motivada por la idea de llegar a la cima.

La segunda etapa ofreció un breve alivio, con terreno más plano que permitió a Catherine recuperar el aliento. Sin embargo, el sendero estrecho flanqueado por acantilados a ambos lados la mantenía en alerta. El viento azotaba a través de la cresta, haciendo que el viaje fuera tanto una batalla mental como física.

El tramo final hacia la cima fue el más desafiante. La ceniza volcánica se profundizó, mezclándose con grava que hacía que el footing fuera traicionero. Los músculos de Catherine ardían, y cada paso se sentía más pesado que el anterior. Su guía, Hajar, se mantuvo cerca, ofreciéndole aliento y apoyo. “Nunca lo intentes, nunca lo sabrás”, le recordó cuando ella dudaba.

Con pura determinación, Catherine alcanzó la cima justo cuando el sol comenzaba a salir. La vista era sencillamente espectacular: los tonos pastel pintaban el cielo, y el lago del cráter debajo brillaba en un azul brillante. Abrazada por la emoción, levantó el cartel de la cima, con una sonrisa triunfante en su rostro a pesar de su agotamiento. El momento fue tanto humilde como empoderador, un recordatorio de la fuerza que no sabía que tenía.

Descendiendo de la Cima

Descender de la cima no fue menos desafiante. La ceniza volcánica suelta hacía fácil resbalar, y las piernas de Catherine dolían con cada paso. Sin embargo, las impresionantes vistas del lago del cráter y las montañas circundantes proporcionaban una constante fuente de motivación. Cuando el grupo llegó al campamento cerca del lago del cráter, estaban listos para un merecido descanso.

Tras un rápido almuerzo y un baño en las cercanas fuentes termales, el grupo comenzó el ascenso hacia el borde opuesto. El agotamiento se apoderó de ellos mientras enfrentaban otro empinado ascenso, pero la recompensa de ver la puesta de sol desde su segundo campamento hizo que cada paso valiera la pena. Los porteadores nuevamente sorprendieron con sus habilidades culinarias, sirviendo una deliciosa comida que alimentó al grupo para su último día de trekking.

Día 3: El Último Tramo

El descenso al pueblo de Senaru marcó el último tramo del viaje de Catherine. Aunque su cuerpo estaba fatigado, el sentimiento de logro la empujaba a seguir adelante. Se maravilló ante la vegetación exuberante y la atmósfera serena del sendero forestal, un marcado contraste con los paisajes volcánicos y áridos de arriba.

Cuando Catherine llegó a Senaru, se sintió tanto aliviada como nostálgica. El trekking la había llevado hasta sus límites, pero también le había dado un profundo sentido de logro y conexión con la naturaleza. Mientras bebía té y reflexionaba sobre el viaje, sabía que escalar el Mt. Rinjani seguiría siendo una de las experiencias más transformadoras de su vida.

Una Historia para Contar

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