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Entre los susurros de la belleza natural de Lombok, el Monte Rinjani se erige como un faro irresistible para los senderistas de todo el mundo. Para un grupo de amigos, impulsados por la camaradería, la resiliencia y un sueño compartido, subir el Monte Rinjani no fue solo una aventura, sino un rito de paso. Su historia se desarrolla a lo largo de tres días, en los que los desafíos pusieron a prueba su temple y los paisajes impresionantes recompensaron su determinación.
Una Mañana de Expectativa
El 24 de julio de 2023, el equipo partió de su alojamiento cerca de Sembalun, rebosante de emoción. Después de completar el registro en la base, subieron a una camioneta que los llevó al punto de inicio. Para ahorrar tiempo, optaron por motocicletas hasta el segundo puesto. Aunque poco convencional, abrazaron la decisión, destacando su intención de apoyar la economía local.
Desde el segundo puesto, su travesía comenzó en serio. El sendero se abría hacia una vasta sabana, con campos verdes que parecían extenderse hasta el infinito. La leve inclinación permitió a los excursionistas disfrutar de la vista, un comienzo suave antes de los ascensos más difíciles que les esperaban. Cada paso revelaba la belleza única del paisaje del Monte Rinjani, desde las llanuras de hierba hasta los dramáticos acantilados formados por el terremoto de 2018 en Lombok.
Senderos Desafiantes y Descansos Vibrantes
Tras dos horas de caminata constante, el equipo llegó a la sombra de Pos Bayangan, un punto de descanso en ruta hacia el tercer puesto. Allí, una warung bulliciosa ofrecía bocadillos y refrescos, recordando la inventiva de los lugareños que transportaban suministros por estos senderos.
En Pos Tiga, el grupo hizo una pausa para recargar energías con una comida abundante preparada por sus porteadores. Estos héroes anónimos equilibraban pesadas cargas con gracia inquebrantable, su habilidad y resistencia inspiraban admiración entre los excursionistas. Para el grupo, esta parada fue tanto un momento de descanso como una reflexión sobre el esfuerzo que se necesita para escalar el Monte Rinjani.
El Ascenso al Borde del Cráter de Sembalun
A medida que avanzaban hacia Pos Empat, el sendero se empinaba, poniendo a prueba su resistencia. Conocida como la “Colina del Arrepentimiento”, la última sección antes del borde del cráter de Sembalun era una serie de ascensos implacables. Cada paso requería esfuerzo, pero la promesa de una vista deslumbrante los mantenía motivados. A las 6 p.m., llegaron al borde, saludados por un mar de nubes y los tonos cálidos de un atardecer en Lombok.
El grupo montó el campamento para la noche, maravillándose de su “hotel” de cinco estrellas bajo un cielo lleno de estrellas. Los porteadores una vez más sorprendieron a los excursionistas preparando una cena exquisita en condiciones tan remotas, un final reconfortante para un día arduo.
El Trekking al Pico: Una Aventura Antes del Amanecer
A la 1:40 a.m., el equipo despertó para comenzar el ascenso al pico. Armados con linternas y fortalecidos por un desayuno modesto, emprendieron el segmento más extenuante del viaje. El sendero era traicionero, lleno de rocas sueltas y empinadas pendientes que requerían tanto concentración como perseverancia. En un punto, el grupo enfrentó fuertes vientos y densas nubes húmedas, reduciendo la visibilidad y congelándolos hasta los huesos.
Finalmente, después de horas luchando contra el terreno, llegaron a la cima. A 3,726 metros sobre el nivel del mar, el pico de Dewi Anjani los recibió con vistas impresionantes del Lago Segara Anak y la caldera circundante. Para el grupo, estar en la cima del Monte Rinjani fue un momento de triunfo y serenidad, un logro que llevarían con ellos para siempre.
Descenso al Lago Segara Anak
El Descenso Comenzó por un Sendero Empinado hacia el Lago Segara Anak. Los excursionistas navegaron cuidadosamente sobre grandes rocas irregulares, con las piernas cansadas pero el ánimo elevado por la belleza que los rodeaba. Tras tres horas, el lago reluciente apareció ante ellos, sus aguas tranquilas reflejando el cono volcánico de Barujari, un volcán activo dentro de la caldera.
El grupo montó el campamento cerca del lago, donde disfrutaron de una comida con nasi tumpeng, un plato celebratorio de arroz amarillo. La noche culminó con un baño en una fuente termal privada, un lujo bien merecido después de días de caminatas extenuantes. Las aguas reconfortantes aliviaron sus músculos adoloridos, convirtiéndose en un punto culminante de su aventura en el Monte Rinjani.
El Descenso Final por el Valle de Torean
En su último día, el grupo comenzó el largo descenso a través del Valle de Torean. Conocido por sus paisajes que recuerdan al Parque Jurásico, el valle ofreció acantilados verdes imponentes, cascadas que caían en picado y rocas cubiertas de musgo. Aunque el sendero era exigente, el paisaje hipnotizante proporcionaba una sensación de paz y logro.
Mientras descendían, llegaron a la icónica Cascada de Penimbungan, un final impresionante para su viaje. Con corazones pesados y pies cansados, dejaron atrás el valle, llegando al pueblo de Torean donde su aventura terminó oficialmente.
Una Ascensión para Recordar
Para este grupo de amigos, subir el Monte Rinjani fue más que solo alcanzar la cima; se trató de abrazar cada desafío, maravillarse ante la grandeza de la naturaleza y atesorar el vínculo que compartían. Desde la sabana hasta la cima, y finalmente hasta las serenas aguas de Segara Anak, su viaje fue un testamento de la magia del Monte Rinjani. Es una historia de resiliencia, asombro y amor por la aventura que inspirará a otros a enfrentar el mismo desafío.
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