Rinjani Trekking: La Caminata Más Extrema de Rita y Pedro en el Monte Rinjani

Ready to Go?

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Rita y su pareja emprendieron un viaje inolvidable al Monte Rinjani, una aventura de tres días y dos noches que puso a prueba su resistencia física y mental. Con el objetivo de alcanzar la cumbre a 3,726 metros, documentaron cada paso de su recorrido, desde los vibrantes mercados locales en la base hasta el terreno desafiante que los llevó por encima de las nubes.

Día Uno: El Ascenso Comienza

La aventura comenzó con un inicio temprano en su hotel, donde se sometieron a exámenes médicos antes de partir hacia el primer campamento a 2,600 metros. Al pasar por un mercado local lleno de vida, fueron recibidos por amables lugareños que les ofrecieron sus mejores deseos. “Fue un comienzo tan cálido para el día, y la energía era contagiosa”, dijo Rita.

La caminata inicial hasta el Post One fue manejable, pero el calor abrasador la hizo extenuante. Rita reflexionó, “La subida no era empinada, pero el sol era implacable.” A medida que ganaban altitud, la temperatura bajó, lo que les ofreció algo de alivio. Hicieron una pausa en el Post Two para almorzar, con una deliciosa comida de arroz, verduras, tempeh y pollo. “El cuidado y esfuerzo que los porteadores pusieron en preparar nuestras comidas fueron increíbles”, compartió Rita.

Llegando al Crater Rim

El tramo final hacia el Crater Rim Camp fue empinado y resbaladizo. Rita y su pareja dependieron de frecuentes descansos para recuperar el aliento y disfrutar de las impresionantes vistas. Cuando llegaron al campamento, la fatiga era evidente, pero también lo era su alegría. “El sentido de logro al ver el cráter y nuestro campamento fue abrumador”, dijo Rita.

Su campamento era sencillo pero acogedor, con una tienda de campaña con vista al cráter y la cumbre asomando a lo lejos. La cena fue otra comida impresionante, con un postre de plátano frito cubierto con chocolate y coco. “No podíamos creer que nos estuvieran sirviendo comida tan increíble aquí arriba”, maravillada, comentó Rita. Cuando cayó la noche, se acurrucaron en sus sacos de dormir, preparándose para la temprana caminata hacia la cumbre.

Día Dos: Un Desafío Como Ningún Otro

A las 2 AM, los escaladores comenzaron su ascenso hacia la cumbre. Con solo lámparas frontales para iluminar su camino, enfrentaron vientos gélidos y terreno suelto. La inclinación era implacable, y cada paso se sentía como una batalla. Rita lo describió como “el desafío físico más difícil de nuestras vidas.”

A unas horas de la cumbre, fuertes vientos y mala visibilidad les obligaron a dar la vuelta. Otros escaladores que descendían de la cumbre confirmaron que la vista estaba oculta por nubes. “Fue decepcionante, pero no estábamos dispuestos a arriesgar nuestra seguridad”, explicó Rita. A pesar de esto, llegar a los 3,500 metros fue un logro que celebraron.

Descendiendo al Lago

Después de regresar al Crater Rim Camp para el desayuno, comenzó el descenso hacia el lago volcánico. El sendero era empinado y resbaladizo, pero la promesa de aguas termales mantenía sus espíritus elevados. Al llegar al lago, se sumergieron en las aguas tibias, dejando que el calor natural aliviara sus músculos adoloridos. “Era exactamente lo que necesitábamos después de una mañana tan difícil”, dijo Rita.

El siguiente desafío fue subir al lado opuesto del cráter. Ya fatigados, empujaron por otra empinada ascensión para llegar al segundo Crater Rim Camp. Llegaron justo a tiempo para un espectacular atardecer, un momento que hizo que el arduo día valiera la pena. “Fue como una recompensa por todo el esfuerzo que pusimos”, comentó Rita.

Día Tres: El Largo Viaje de Regreso a Casa

El último día comenzó con un desayuno contundente antes de iniciar el descenso hacia la base. El sendero serpenteaba a través de un denso bosque, proporcionando sombra del sol pero desafiándolos con terreno fangoso. Rita apreció el ritmo más tranquilo, aunque sus piernas estaban doloridas por los días anteriores.

Después de seis horas de caminata, finalmente llegaron al final del sendero. Rita describió el momento como “una mezcla de alivio y orgullo”. Reflexionaron sobre la experiencia, agradecidos por el esfuerzo de sus guías y porteadores que hicieron posible el recorrido.

Reflexiones

Aunque no llegaron a la cumbre, la caminata de Rita y su pareja en el Monte Rinjani fue un viaje de resistencia y descubrimiento. Desde la hospitalidad de los lugareños hasta las vistas impresionantes del cráter, cada momento contribuyó a una experiencia inolvidable.

Para quienes estén considerando escalar el Monte Rinjani, Rita ofrece este consejo: “Prepárate para el desafío, acepta la incomodidad y disfruta de cada paso. Es difícil, pero vale cada momento.”

Enlaces

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www.youtube.com/@RitaandPedro

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