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Para un excursionista decidido, la ascensión al Monte Rinjani fue una prueba de resistencia, determinación y el espíritu humano. Su historia es un relato de perseverancia a través del agotamiento, paisajes impresionantes y la fuerza imparable de la belleza de la naturaleza. A través de su vlog, viajamos junto a él, sintiendo cada paso, cada dolor y cada triunfo.
La aventura comenzó con un largo y arduo viaje a Lombok. Un vuelo de tres horas seguido de otras tres horas en furgoneta dejó al excursionista cansado pero resuelto. Llegaron tarde en la noche, y su primer desafío fue un sueño intranquilo, sabiendo que les esperaba un comienzo temprano. Bromeaban abiertamente sobre su trasero plano después de horas sentados, estableciendo el tono para un viaje que sería tanto agotador como lleno de humor autocrítico.
Su ascenso al Monte Rinjani comenzó con la guía de un porteador, un compañero esencial para la caminata. Entre los porteadores había una pionera: la única mujer porteadora del grupo, cargando 25 kilogramos con una determinación inquebrantable. Su presencia fue tanto inspiradora como simbólica de la resiliencia necesaria para conquistar el Rinjani.
El trekking hasta POS 2 ofreció el primer vistazo del terreno implacable del Rinjani. Las pendientes empinadas y los caminos sueltos pusieron a prueba la determinación del excursionista. Para cuando llegaron al POS 3, el agotamiento comenzó a notarse, y la expresión de entusiasmo que antes mantenían dio paso a sonrisas cansadas. Comentaban que cada tramo parecía más empinado que el anterior, llamándolo un “camino de arrepentimiento”. Sin embargo, la camaradería del grupo y las pausas ocasionales en los pequeños mercados locales brindaron momentos de ligereza.
A medida que se acercaban al Crater Rim Trek, la ascensión se volvió más empinada y desafiante. Llegar al campamento después de casi nueve kilómetros y más de ocho horas de caminata fue un triunfo en sí mismo. Aunque fríos y hambrientos, el excursionista se sintió orgulloso de su logro, disfrutando de una merecida cena en su tienda. Reflexionando sobre el recorrido del día, sintieron una oleada de orgullo por haber superado sus límites.
El empuje al summit comenzó en plena oscuridad, con temperaturas cayendo y el agotamiento aumentando. La arena volcánica demostró ser un adversario formidable, deslizándose bajo sus pies y obligándolos a dar un paso hacia adelante solo para resbalar dos hacia atrás. La inclinación se sintió como una cinta de correr en su nivel máximo de dificultad, poniendo a prueba tanto su resistencia física como mental. Sin embargo, cuando el sol comenzó a salir, la lucha dio paso a la admiración. La belleza del amanecer sobre la cima del Rinjani hizo que la ardua subida valiera la pena.
El empuje al summit comenzó en plena oscuridad, con temperaturas cayendo y el agotamiento aumentando. La arena volcánica demostró ser un adversario formidable, deslizándose bajo sus pies y obligándolos a dar un paso hacia adelante solo para resbalar dos hacia atrás. La inclinación se sintió como una cinta de correr en su nivel máximo de dificultad, poniendo a prueba tanto su resistencia física como mental. Sin embargo, cuando el sol comenzó a salir, la lucha dio paso a la admiración. La belleza del amanecer sobre la cima del Rinjani hizo que la ardua subida valiera la pena.
Descender al Lago Segara Anak trajo nuevos desafíos. El terreno rocoso castigó sus piernas ya fatigadas, y la perspectiva de otras cuatro horas de caminata pesaba en sus mentes. Pero el atractivo de los manantiales termales del lago ofreció un respiro muy necesario. Remojarse en las piscinas naturales fue un bálsamo para su cuerpo y espíritu desgastados, ofreciendo un raro momento de paz en medio del caos del trekking.
El viaje de regreso por la ruta de Torean ofreció un cambio de escenario. A través de densos bosques y bordeando acantilados peligrosos, el sendero ofreció sus propias emociones y desafíos. El excursionista se maravilló con las vistas, llamando a la ruta “hermosa y sanadora”. Aunque físicamente agotados, se tomaron el tiempo para apreciar las maravillas naturales que los rodeaban.
El viaje terminó en el pueblo de Torean, donde el excursionista reflexionó sobre su experiencia. El trekking los había llevado hasta sus límites, pero también ofreció profundas lecciones sobre la perseverancia y el valor de la comunidad. Atribuyeron a su guía y compañeros de trekking el haberlos ayudado en los momentos de duda, demostrando que incluso en los ascensos más difíciles, nunca estamos verdaderamente solos.
El Monte Rinjani había dejado su huella, no solo como un desafío físico, sino como un viaje de autodescubrimiento. La historia del excursionista es un testimonio del poder de superar las zonas de confort para encontrar belleza y fortaleza en los lugares más inesperados.
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